Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las horas de sol, aprovechamos más para salir y pasar tiempo al aire libre, lo que se transforma en una mayor exposición solar. Tomar el sol trae consigo muchos beneficios para la salud, pero si se hace sin protección o de forma prolongada, puede acarrear daños en la piel como el envejecimiento prematuro, manchas e incluso cáncer de piel.
Para que puedas elegir la crema solar que mejor se adapta a tu piel este verano, te traemos algunas recomendaciones según tu fototipo de piel, el índice de protección solar o el formato del producto, ya que dependiendo de las características de tu piel será más recomendable una u otra.
Tabla de contenidos
Conoce el fototipo de tu piel
El primer aspecto a tener en cuenta a la hora de elegir la mejor protección solar es saber de qué fototipo es tu piel. Para ello, existen algunos parámetros como el tono, el color del pelo y los ojos o la capacidad para broncearse o quemarse que tienes.
Para que puedas conocerlo con más facilidad, te explicamos a continuación los seis fototipos que los dermatólogos han establecido como básicos.
Fototipo I: Son aquellas pieles muy claras, de color blanco-lechoso e incluso albino, normalmente tienen pecas. Los ojos generalmente son azules y el pelo pelirrojo. Es un tipo de piel que se quema fácilmente y nunca se broncea debido a que no pigmenta. Son muy sensibles a la exposición solar y se recomienda utilizar un factor de 50, como por ejemplo la Crema Solar Babaria spf 50
Fototipo II: Son pieles claras de color blanco, que pueden tener o no pecas. También se queman con facilidad y casi no se broncean, después de mucho tiempo pueden adquirir un ligero bronceado. Los ojos son azules o verde claro y el color del pelo es rubio o pelirrojo. El factor recomendado de protección es también el 50, como por ejemplo la Crema Solar Nivea spf 50
Fototipo III: Siguen siendo pieles claras pero con un tono ligeramente bronceado. Los ojos son azules, verdes, miel o marrón claro y el cabello es castaño, más o menos oscuro, la tonalidad varía. Son pieles que al tomar el sol se queman con facilidad pero que tomando el sol de forma moderada y prolongada se broncean. Se recomienda factor 30-50, como por ejemplo la Crema Solar Velvet Touch de Lancaster spf 30
Fototipo IV: Pieles más bronceadas, en invierno son parecidas al grupo anterior pero al tomar el sol se broncean más fácilmente. Los ojos suelen ser oscuros y marrones y el cabello castaño oscuro. Las quemaduras no son algo común, deben exponerse excesivamente para ello y se broncean con facilidad. Se recomienda factor 30, como por ejemplo la Crema Solar Sun Dr.Rimpler spf 30
Fototipo V: Son pieles oscuras que no suelen quemarse, pigmentan y se broncean rápidamente. El pelo suele ser castaño muy oscuro y los ojos también. El Factor recomendado es 15-20, como por ejemplo la Crema Solar Facial Spf 30
Fototipo VI: La piel es negra y no se queman, su bronceado siempre es oscuro. El pelo y los ojos también. Aunque no presenten rojeces en la piel, es importante que utilicen crema para la exposición solar prolongada. Se recomienda factor 10.
¿Qué es el FPS?
El FPS significa el factor de protección solar que tiene la crema. Es una medida para calcular la capacidad que tiene el producto para evitar que los rayos UVB dañen la piel; es decir, el tiempo de exposición que nuestra piel puede estar expuesta al sol sin sufrir quemaduras.
Dependiendo del tiempo que tu piel tarda en quemarse, según el FPS que tenga el producto se multiplicará el tiempo en mayor o menor medida. Por ejemplo, si tu piel empieza a enrojecerse a los 10 minutos de la exposición directa al sol, con un FPS 20 tardará 20 veces más; es decir, 10 x 20, tu piel estará protegida durante 3 horas y 20 minutos.
Es por esto, que debe tenerse en cuenta tanto el fototipo de piel como el FPS a la hora de elegir la protección ya que las personas con un fototipo menor tardan menos en quemarse y necesitan un FPS mayor para aguantar el mismo tiempo sin sufrir lesiones en la piel.
Otra medida del FPS es el porcentaje de rayos que bloquea. Mientras que el de 15 bloquea aproximadamente el 93%, el de 30 bloquea un 97% y el de 50 un 99% y por ello cuando más sensible sea tu piel a los rayos solares más alto debe ser el FPS que utilices.
Distintos formatos
Actualmente, cada vez existen más formatos distintos de protectores solares: en spray, crema, leche corporal o loción… De forma generalizada, existe la idea de que unos formatos son mejores que otros, pero la realidad es que la protección solar no depende del formato.
Es cierto que la protección debe ser la misma, pero al igual que ocurre con la crema hidratante, que existe una apropiada para cada tipo de piel, con la protección solar también debemos hacernos con el formato que mejor se adapte a las necesidades de nuestra piel o gustos. Por ello, a continuación os explicaremos las principales características de cada uno, como el más apropiado para cada tipo de piel.
El protector solar en crema es el más conocido y es perfecto para los que tengáis la piel de normal a seca, debido a que aportan un plus de hidratación. Es un formato idóneo para la aplicación en cara, cuello y escote y es bastante consistente.
Parecido a este formato pero con una textura más ligera encontramos las lociones, estas se adaptan a todo tipo de pieles y se absorbe con facilidad.
En cuanto al formato spray, destacamos la facilidad de su aplicación, la comodidad para alcanzar las distintas zonas del cuerpo, lo que lo hace muy útil si tienes que echártelo tú mismo y, la rapidez con la que la piel lo absorbe. No deja un tacto graso como la crema y es refrescante. Es un buen protector para la piel normal y grasa.
Por último, encontramos los aerosoles, los más cómodos de aplicar, ya que si se hace bien no es necesario extenderlo, pero también son los más difíciles con los que controlar si lo estás haciendo adecuadamente, o la cantidad que te aplicas debido a que son transparentes.
Una opción es utilizarlos para las reaplicaciones y así asegurarnos que se hayan cubierto con anterioridad todas las partes del cuerpo. Es un formato muy práctico para llegar a todas las partes del cuerpo y sobre todo para aquellas con vello. Esto a excepción de la cara, donde no es recomendable su uso.
Otro aspecto que tenemos tener en cuenta a la hora de elegir el tipo de protección, es ser conscientes de si tenemos alguna patología como son las reacciones alérgicas, el acné o la dermatitis.
Aquellos que tengáis acné en el rostro es recomendable que uséis una protección que no aporte grasa como los geles o las leches para evitar que aumente. Por el contrario, si tenéis algún tipo de dermatitis, vuestra piel estará más bien seca, por lo que el protector más adecuado sería en crema y que no aporte ningún tipo de perfume o ingredientes que puedan provocar reacciones e irritaciones en la piel.
Una vez que ya sabes el tipo de protección que más se adapta a ti y a tu piel, el siguiente paso es aplicarlo de forma correcta. Para que la elección del protector sea del todo efectivo, en el próximo artículo te explicamos cómo aplicarlo y conservarlo de manera correcta. ¡Hasta pronto!
Te dejamos algunos enlaces que te pueden ser de utilidad:
2 comentarios en «Cómo elegir la crema solar que mejor se adapta a tu piel»