Tu Mayor Secreto de Belleza: la Protección Solar Facial

La piel es el mayor órgano de nuestro cuerpo y también el más visible.  Representa el mayor reflejo de nuestra edad y nuestro estado de salud. Por ello, su cuidado puede llegar a ser una de nuestras mayores preocupaciones.  Curiosamente, a pesar de que en los últimos años ha aumentado la variedad de productos antiedad, el mayor secreto de belleza es el que está más a mano: la protección solar facial.

A pesar de haber tantos productos específicos para paliar el envejecimiento de la piel, el más efectivo e imprescindible es el protector solar. Todo eso gracias a una característica inesperada.

¿Cómo funciona la protección solar facial y por qué puede ser tu mayor secreto de belleza?

La piel la barrera protectora de nuestro cuerpo y por lo tanto es la parte que está más expuesta a la agresión de elementos como el sol. La exposición a los rayos ultravioleta (UV) se considera como uno de los factores responsables del envejecimiento de la piel.

El sol es como un arma de doble filo.  Por un lado es saludable porque nos ayuda a producir la vitamina D y para tener un mejor aspecto pero por el otro nos expone a radiaciones dañinas que afectan las características de nuestra piel.  Los efectos más nocivos del sol pueden relacionarse con el cáncer y la aparición de melanomas pero también hay otros relacionados con el envejecimiento.

La luz solar es la principal responsable en la degradación del colágeno y la elastina en la piel. Esto se traduce en la pérdida de elasticidad, grosor y fuerza de la piel. Además de esto, la agresión solar hace que la piel vaya perdiendo la habilidad de repararse a sí misma.  Con esto, poco a poco van apareciendo las señales de la edad: la piel se vuelve más seca, aparición de manchas, arrugas y pérdida de firmeza.

El protector solar utilizado en tu rutina de cuidado facial, actuará como una barrera que evitará los daños producidos por la luz solar.  De esta forma frenará los efectos nocivos que aceleran el envejecimiento de la piel.

Esto es debido a que la piel, al estar menos expuesta a los rayos UV, tendrá más capacidad de regenerarse.  Este es el mayor secreto de belleza en la protección solar facial. No es el producto en sí el que ayuda al mantenimiento de tu piel.  Lo que hace es permitir que la piel pueda recuperarse mejor. Un estudio realizado en 2016  por varias clínicas dermatológicas de prestigio, concluye que,

«El uso diario de un protector solar fotoestable de amplio espectro facial puede revertir visiblemente los signos de daño existente (en la piel), además de prevenir daños solares adicionales.»

Cómo utilizar la protección solar facial

  • Utiliza un mínimo de 30 SPF

Es mejor prevenir que lamentar. Aunque los rayos del Sol no incidan directamente en tu piel o el día esté nublado tu piel puede sufrir daños. No subestimes el poder del Sol.  Un protector solar, para ser eficiente debe tener un factor mayor a 30 que es lo que recomiendan la mayoría de los dermatólogos..

  • Utiliza  protectores de «amplio espectro»

La protección solar actúa principalmente sobre la radiación ultravioleta, conocida como UV.  Sin embargo, no todos los productos protegen de todos los tipos de radiación UV. Hay que buscar los protectores conocidos como de amplio espectro o lo indicados para proteger de los rayos UVA y UVB.

Los rayos UVB son los más conocidos y para los que protegen la mayoría de los protectores que no son de amplio espectro. Estos son los que provocan las quemaduras en la piel. No pueden atravesar un vidrio normal, por lo que no nos afectarán si estamos detrás de una ventana o el parabrisas de un coche.

Los rayos UVA son los que solemos descuidar. Son los responsables de formar los radicales libres, responsables del envejecimiento de la piel: la aparición de arrugas y daños a las proteínas de la piel. Estos son igual de dañinos en cualquier estación del año o cuando el día está nublado. Además, son capaces de atravesar el vidrio común, por lo que afectarán la piel en cualquier circunstancia.

Por esto, elige un protector para rayos UVA y UVB

  • Utiliza un protector/producto específico para la cara.

Los protectores solare corporales suelen ser más grasos y activos, pensados para la piel más gruesa del cuerpo. En cambio, los protectores faciales tienen características que se adaptan mejor al rostro. Suelen contener ingredientes menos agresivos, hipoalergénicos y pensados para que no irriten partes delicadas como los ojos o labios. Además también incluyen activos antiedad, antiarrugas y están libres de aceites que puedan obstruir los poros.

  • Incorpóralo en tu rutina diaria

Está comprobado que la protección solar cumple su efecto antiedad si se utiliza a diario. Aplícala después de la hidratación y antes de maquillaje. Sigue siempre este orden: limpia, humecta y protege.  Comienza por la limpieza del rostro seguido de la humectación. Para una mejor absorción del humectante, aplícalo antes de la protección solar. Este última siempre se ha de dejar para el final.

  • Escoge el que más se adapte a tu tipo de piel.

Si tienes piel seca, utiliza una crema. Con piel grasa, busca un gel o un protector fluido. Para piel mixta es mejor escoger un gel o loción.  Tienes más información en nuestro post: Cómo elegir la crema solar que mejor se adapta a tu piel.

La protección solar facial en pocas palabras:

Los rayos UV del sol, no sólo pueden quemar tu piel sino que también contribuyen a la degradación del colágeno, elastina y demás elementos de la piel.  Por lo tanto, el uso diario de un protector solar de amplio espectro te ayudará evitar su envejecimiento. Si lo incorporas a tu rutina diaria, notarás unos efectos inmejorables que prolongarán la juventud de tu piel.

También te puede interesar:

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.